QUERIDOS HERMANOS, AQUI LES COMPARTO UNA POESIA DE UNA GRAN COMANDANTE.
HAYDEE ES DE MERLO, SAN LUIS, UN LUGAR HERMOSO EN EL MUNDO.
LA NUEVA TIERRA, ESTA EN TU CORAZON, A DESCUBRIELA HERMANOS DEL CAMINO
HERMANOS
Resuena en las entrañas
el Nombre del Cristo.
Fulgura cual estrella
en la inmensidad.
El Sol,
con su Eterno Fuego alumbra
lo que el Hombre todavía
no ha sabido cultivar.
Enseñanzas y Servicios
renacen nuevamente.
Sólo los OÍDOS los sabrán escuchar.
Lucharán con firmeza
en las cruentas batallas
donde Cristo y el Demonio
se volverán a enfrentar.
Sólo Uno quedará de ellos.
Cuál de los dos será, te preguntarás.
No imaginas ni siquiera
el verdadero desenlace
de la cruenta y cruel batalla
que los DOS emprenderán.
Cristo Hermoso ES.
Su Rostro destila Belleza y Amor.
Lucifer parecido ES
a Aquél que algún día, él, abandonó.
Sólo sus ojos denotan tristeza.
Tristeza, angustia y odio por no estar
con Dios.
Eso afea y endurece
sus rasgos tan bellos
parecidos, o iguales, a su Hermano Amor.
Se enfrentan, se miden.
Se Acuerdan...
Cabalgando Vientos, resonando Truenos
desde muy lejos vienen...
¡Volviéndose a encontrar!
...¡Ellos son Hermanos!...
¡Unidos de Siempre Están!
¡Ya no habrá batalla!
¡La Sangre no correrá!
¡SI!
¡Ellos son Hermanos!...
Y lo serán. De aquí en adelante.
Desde Siempre hasta el final.
Unidos en uno Solo
Venciendo así, la Iniquidad!
El Tiempo del Cristo acelera
las horas que a la Tierra
aún le quedarán.
Triunfantes, gozosos por el épico encuentro
pasean en alto la Ígnea Bandera
cual volcán que explota
en lava creciente mostrando su fuerza
a la Humanidad.
Ni uno, ni otro...
Ya no son, ni lo serán.
Los dos se han fundido
cual cera caliente formando
ambos, una Unidad.
El bien y el mal ya no existen.
Uno dentro del otro están.
Y... Cobijados por su Eterna Dulzura
Nunca, nunca más Solos,
Ellos, se sentirán!
Haydée Bruno
las horas que a la Tierra
aún le quedarán.
Triunfantes, gozosos por el épico encuentro
pasean en alto la Ígnea Bandera
cual volcán que explota
en lava creciente mostrando su fuerza
a la Humanidad.
Ni uno, ni otro...
Ya no son, ni lo serán.
Los dos se han fundido
cual cera caliente formando
ambos, una Unidad.
El bien y el mal ya no existen.
Uno dentro del otro están.
Y... Cobijados por su Eterna Dulzura
Nunca, nunca más Solos,
Ellos, se sentirán!
Haydée Bruno
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