LA ONDA ENCANTADA DEL DRAGON ROJO
Justo hoy, en el momento previo de ingresar al nuevo giro galáctico con la Semilla Amarilla Auto existente como misión, la que habrá de florecer nuestra existencia, y después de la Tormenta Eléctrica que se termina, lo hacemos con el gesto maternal originario del Dragón Rojo. Iniciar una semilla con un madre cariñosa que abona con ternura la tierra, que abre un surco blando y tibio como si fuera una cuna, que cubre con cariño la semilla como si fuera con una manta de vellón, llena de esperanzas y de sueños de que habrá de ser hermoso y grande lo que de ahí surja, y más que la esperanza la certeza, y que la habrá de regar a diario o cuando su corazón sienta la necesidad de hacerlo, es así, entonces, un buen momento estelar para este inicio.
La magia de la sincronía de este tiempo no puede ser más bella, la sola imaginación de la escena, en que la gran madre universal, en que el aspecto femenino de dios, hace este gesto cariñoso y generador en el instante en que nace un año nuevo, el que tendrá como su centro a la Semilla, para que cada uno y cada una de nosotros siembre aquello que le falta, que le queda por brotar, que le hace falta para evolucionar en vísperas del fin del ciclo, demuestra que el amor es evidente, no nos cabrá duda de que el universo nos ama, porque justo en el momento necesario, nos envía a este Dragón Rojo que alimenta, que parado en la puerta central del ingreso al nuevo templo, a la gruta o al camino, está repleto de insumos, de botellas con agua para el viaje, de frutas, de consejos, de palabras de aliento, de energías de colores, de impulsos que nos lleven hacia adentro y que incluso, habrá de acompañarnos en el viaje, habrá de suministrar lo que haga falta, habrá de ser como un cántaro infinito de energías y de fuerzas, de palabras que hagan grandes los deseos de crecer, que estará ahí, siempre dispuesto para secundar, para apoyar, porque esa es su misión sagrada, misión que se traduce en la acción de darse, de darse todo entero y dejarse repletar de nuevo desde la Fuente Central de la Galaxia, porque este Dragón Rojo de la mañana que se abre en abanico de proyectos y de oportunidades, ha de dejar que sea al cielo mismo quien le llueva bendiciones para dar, que no son de él estas palabras, que no son de él todas las dádivas, que si así fuera serían pocas, serían como artículos que pudiendo servir para el viaje, nos son los esenciales o no los ven, quienes esperan, porque este Dragón que nutre la armonía es la expresión más confiada de que esa armonía lo habita y entonces no se estudia, no hace síntesis ni tablas para llegar al punto, es una pura disposición permanente, es una pura presencia que dice: aquí estoy, no tengo nada y tengo todo, porque soy parte del aspecto más generador del cielo, de la matriz que engendra hijos y capullos como luces, sin esquemas, ni problemas. Este Dragón viene en su esencia para dar el impulso que todos necesitamos en este año que nace, en esta Semilla de calma que reposa bajo la tierra y que espera el momento justo para iniciar el viaje.
La Onda Encantada del Dragón Rojo nos impulsa a ser dragones, a abrirnos a las necesidades de todo el planeta y de todo ser sobre la tierra, y de estar dispuestas y dispuestos a servir la mesa, a equipar los artilugios que hagan falta para que toda la humanidad llegue más lejos, en vez de distraerse en lo que falta, estar dando todo lo que es necesario y ello no siempre es lo que falta, a veces nos parece que es con aquello que podría resolverse todo y no llega, el cielo no nos lo provee y en su reemplazo llega algo inesperado, y no lo vemos, y se nos pasa, lo perdemos, puede incluso que aleguemos porque llega lo que no hemos pedido y nos alcanza, entonces: es la confianza del Dragón lo que responde, es dejarse, entregarse plenamente a la sabiduría mayor que nos guía, la confianza mayor radica en no tener expectativas ni predecir los resultados, la confianza mayor es lanzarse hacia el universo con la certeza completa de que vendrán maneras dulces de llegar más lejos, cuesta a los Dragones asumir este don, a veces nos desgastamos en dar lo que no tenemos cuando es tan fácil tenerlo, sólo basta ser canal, dejar que el cielo actúe, esa confianza es la clave para ser Dragón, ni presumir de lo que se sabe, ni acumular para dar, ni recurrir al reclamo, simplemente estar en el lugar adecuado y abrir las manos.
Cuando un Dragón no sabe de su don, puede estar dando en lugares inadecuados o dando lo que él cree que debe dar, en cuyo caso termina por sufrir, ya sea porque su bien servida mesa no es banquete para nadie, o porque lo que los otros reclaman, él no lo posee para dar, todo ello lo lleva a múltiples afecciones que descansan fundamentalmente en la frustración de su misión , por lo tanto no sólo basta que un Dragón se sepa surtidor, comunicador, madre, alimento, suministro, poder del nacimiento, sino que además sepa confiar, en ese momento podrá dar descansado, podrá dar sin saber, podrá enterarse de lejos que siempre dio lo que dio y que siempre hubo alguien que pudo reconfortarse en su don. Dejemos entonces actuar al mágico encantamiento del sueño, dejémonos ser como el Sol, que desde donde quiera que esté, es el mismo sol que alimenta a todo ser sobre la tierra y que da a todos lo mismo sin ni siquiera saber.
Dejaremos que este Dragón Rojo de sangre que nutre la vida y origina el nacimiento, sea la puerta de salida de la Tormenta Eléctrica que tanto bien nos ha hecho y la puerta de entrada de la magnífica Semilla Amarilla, que en el final de su proceso inicia uno nuevo y nos hace florecer en la tierra, llenándonos de luz y de presencia.
DRAGON RESONANTE ROJO
Justo hoy, en el momento previo de ingresar al nuevo giro galáctico con la Semilla Amarilla Auto existente como misión, la que habrá de florecer nuestra existencia, y después de la Tormenta Eléctrica que se termina, lo hacemos con el gesto maternal originario del Dragón Rojo. Iniciar una semilla con un madre cariñosa que abona con ternura la tierra, que abre un surco blando y tibio como si fuera una cuna, que cubre con cariño la semilla como si fuera con una manta de vellón, llena de esperanzas y de sueños de que habrá de ser hermoso y grande lo que de ahí surja, y más que la esperanza la certeza, y que la habrá de regar a diario o cuando su corazón sienta la necesidad de hacerlo, es así, entonces, un buen momento estelar para este inicio.
La magia de la sincronía de este tiempo no puede ser más bella, la sola imaginación de la escena, en que la gran madre universal, en que el aspecto femenino de dios, hace este gesto cariñoso y generador en el instante en que nace un año nuevo, el que tendrá como su centro a la Semilla, para que cada uno y cada una de nosotros siembre aquello que le falta, que le queda por brotar, que le hace falta para evolucionar en vísperas del fin del ciclo, demuestra que el amor es evidente, no nos cabrá duda de que el universo nos ama, porque justo en el momento necesario, nos envía a este Dragón Rojo que alimenta, que parado en la puerta central del ingreso al nuevo templo, a la gruta o al camino, está repleto de insumos, de botellas con agua para el viaje, de frutas, de consejos, de palabras de aliento, de energías de colores, de impulsos que nos lleven hacia adentro y que incluso, habrá de acompañarnos en el viaje, habrá de suministrar lo que haga falta, habrá de ser como un cántaro infinito de energías y de fuerzas, de palabras que hagan grandes los deseos de crecer, que estará ahí, siempre dispuesto para secundar, para apoyar, porque esa es su misión sagrada, misión que se traduce en la acción de darse, de darse todo entero y dejarse repletar de nuevo desde la Fuente Central de la Galaxia, porque este Dragón Rojo de la mañana que se abre en abanico de proyectos y de oportunidades, ha de dejar que sea al cielo mismo quien le llueva bendiciones para dar, que no son de él estas palabras, que no son de él todas las dádivas, que si así fuera serían pocas, serían como artículos que pudiendo servir para el viaje, nos son los esenciales o no los ven, quienes esperan, porque este Dragón que nutre la armonía es la expresión más confiada de que esa armonía lo habita y entonces no se estudia, no hace síntesis ni tablas para llegar al punto, es una pura disposición permanente, es una pura presencia que dice: aquí estoy, no tengo nada y tengo todo, porque soy parte del aspecto más generador del cielo, de la matriz que engendra hijos y capullos como luces, sin esquemas, ni problemas. Este Dragón viene en su esencia para dar el impulso que todos necesitamos en este año que nace, en esta Semilla de calma que reposa bajo la tierra y que espera el momento justo para iniciar el viaje.
La Onda Encantada del Dragón Rojo nos impulsa a ser dragones, a abrirnos a las necesidades de todo el planeta y de todo ser sobre la tierra, y de estar dispuestas y dispuestos a servir la mesa, a equipar los artilugios que hagan falta para que toda la humanidad llegue más lejos, en vez de distraerse en lo que falta, estar dando todo lo que es necesario y ello no siempre es lo que falta, a veces nos parece que es con aquello que podría resolverse todo y no llega, el cielo no nos lo provee y en su reemplazo llega algo inesperado, y no lo vemos, y se nos pasa, lo perdemos, puede incluso que aleguemos porque llega lo que no hemos pedido y nos alcanza, entonces: es la confianza del Dragón lo que responde, es dejarse, entregarse plenamente a la sabiduría mayor que nos guía, la confianza mayor radica en no tener expectativas ni predecir los resultados, la confianza mayor es lanzarse hacia el universo con la certeza completa de que vendrán maneras dulces de llegar más lejos, cuesta a los Dragones asumir este don, a veces nos desgastamos en dar lo que no tenemos cuando es tan fácil tenerlo, sólo basta ser canal, dejar que el cielo actúe, esa confianza es la clave para ser Dragón, ni presumir de lo que se sabe, ni acumular para dar, ni recurrir al reclamo, simplemente estar en el lugar adecuado y abrir las manos.
Cuando un Dragón no sabe de su don, puede estar dando en lugares inadecuados o dando lo que él cree que debe dar, en cuyo caso termina por sufrir, ya sea porque su bien servida mesa no es banquete para nadie, o porque lo que los otros reclaman, él no lo posee para dar, todo ello lo lleva a múltiples afecciones que descansan fundamentalmente en la frustración de su misión , por lo tanto no sólo basta que un Dragón se sepa surtidor, comunicador, madre, alimento, suministro, poder del nacimiento, sino que además sepa confiar, en ese momento podrá dar descansado, podrá dar sin saber, podrá enterarse de lejos que siempre dio lo que dio y que siempre hubo alguien que pudo reconfortarse en su don. Dejemos entonces actuar al mágico encantamiento del sueño, dejémonos ser como el Sol, que desde donde quiera que esté, es el mismo sol que alimenta a todo ser sobre la tierra y que da a todos lo mismo sin ni siquiera saber.
Dejaremos que este Dragón Rojo de sangre que nutre la vida y origina el nacimiento, sea la puerta de salida de la Tormenta Eléctrica que tanto bien nos ha hecho y la puerta de entrada de la magnífica Semilla Amarilla, que en el final de su proceso inicia uno nuevo y nos hace florecer en la tierra, llenándonos de luz y de presencia.
DRAGON RESONANTE ROJO
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