Maestro Ascendido ADAMA:
¿Por qué dijimos las fechas esas y actuamos en consecuencia?
Porque es la experiencia que se requería que tuvieran los humanos de las zonas por afectar. Sólo unas cuantas personas salieron a tiempo. Los otros se quedaron en una expectativa, del lado de la muerte. Ahora van a pensar en serio sobre su estancia en esos lugares. Habrá unos que no van a querer creer y se quedarán, y serán atrapados. Es apropiado. No habrán tenido la consciencia necesaria para reflexionar ellos por sí mismos.
Por su parte, todos los que ya vivieron la experiencia de la Ciudad de México sí tienen consciencia de que esto está ocurriendo. Todos los que participaron confían en lo que han sido sus experiencias. Y sus explicaciones habrán de llevar ahora la energía de su certeza de que está ocurriendo; ni siquiera responden a algunos ataques que les hacen.
Hablen con la verdad, el conocimiento y la sabiduría. Así es como la verdad tiene su real poder. Sólo agréguenle que la Tierra tiene todo en Marcha, y que ha elegido acumular la energía entrante un tiempo más. Un tiempo corto, porque el proceso ya está iniciado. Si se tarda unos minutos, horas, días más no cambia el hecho de que Ella inició el proceso en las fechas que anunció. Y tiene todo el derecho de modificarlas si es conveniente, como fue. Y un tiempo más lo dirá.
A quienes salieron de las zonas de corte, hay que indicarles que su decisión fue acertada y que se mantengan fuera de las zonas de corte ya para siempre.
Que era insensato y suicida estar allí cuando ya estaban conscientes de que eso ocurrirá y que no faltaba mucho tiempo. Que ahora ya no falta ningún tiempo. Que no se confundan, sólo tendría sentido regresar si la Tierra hubiera cambiado su plan en esa zona; pero no ha habido cambios hasta ahora.
Que la actitud inflexible de criticar que no fue exactamente el día que la Tierra lo anunció, sólo demuestra el miedo y la incomprensión de cómo se dan las cosas. Que no es un vaticinio o una profecía. Que es un aviso que hizo la Tierra para un fenómeno muy complejo. Que su intención es que salga de esas franjas el mayor número de personas. Que no fue un engaño de Ella. Que vean con los ojos del amor que la Tierra tiene por los habitantes y que, aunque no cederá en su propósito de limpiarse, de transformarse, para poder irse, sí quiere que los humanos, sus humanos, que viven en su superficie sepan lo que ha decidido hacer.
Quien no pueda ver eso será porque no quiere reflexionar y darse cuenta de que la Tierra es un ente vivo y que Ella es la que les ha aguantado tantos maltratos a lo largo del tantísimo tiempo. Y que ahora tiene derecho de terminar con esa situación, purificarse e irse CON NOSOTROS encima.
La Tierra no es la que decide si un humano tiene o no el nivel de consciencia, de frecuencia de vibración, que le permita ascender. Ella quisiera salvar a todos los humanos sobre la Tierra, somos parte suya; entendamos esto porque es una actitud del más grande amor que haya recibido cada ser humano. Les conoce a todos por nombre, sabe quién está pisando en ella. Y ama a cada uno.
Por eso avisó que ya iniciaba con estos enormes movimientos de tierra y de agua, los cortes de terreno, los movimientos de mar, las erupciones, los tsunamis, todo lo que Ella va a usar.
El que una persona, un humano, vaya a ascender o no vaya a poder por su propia condición de consciencia y energía, es algo que toca revisar a las jerarquías celestiales, con la ayuda de todos los que han venido a ayudar para que haya más humanos en Ascensión y logren pasar. Ese es un trabajo magno, enorme, porque es atender la condición de cada uno de los humanos de la Tierra. Ninguno está exento, porque todos son hijos de Dios y el creador así lo ha ordenado. Y Él ha puesto todas las facilidades, todos los apoyos, ha dado todas las dispensaciones, y ha dado instrucciones de que no se escatime esfuerzo alguno. Y así se está haciendo.
Cada humano tiene a su Ser Divino; nada pasa a un humano que no haya aprobado su Ser Divino. Eso es imposible. Y es única y exclusivamente el Ser Divino de cada quien el que decide si los humanos que le corresponden, su familia álmica, se van o se quedan. Nadie más.
Y si algún humano, haciendo uso de su libre albedrío, elije ponerse en peligro deliberadamente, su Ser le dará los avisos del caso, pero si el humano decide suicidarse, su Ser tendrá que respetar ese libre albedrío y permitir que ese su fractal humano parta y de esa experiencia saque lecciones para cuando regrese a la tarea que le corresponderá entonces en el lugar que le corresponderá entonces.
No hay tragedia, esa decisión del humano es perfecta porque cada uno vive el tiempo de la evolución en la 3D como elige. El Padre, Padre-Madre-Dios, no le juzga nunca. Le recibirá con el mismo amor que si hubiera elegido lo contrario y hubiera salido de la zona de destrucción anunciada por la Tierra.
Por eso ha sido perfecto que la Tierra, en su amoroso propósito, haya avisado lo que se va a hacer, nos haya dado hasta mapas que sólo ella puede definir, y nos haya dado las fechas en que iniciaría su proceso.
¿Con que base de conocimiento, con qué derecho, alguien le pudiera reclamar a la Tierra que no hizo todo el mismo día?
¿Cuántos hay que pudieran ver en esta circunstancia una oportunidad más que les ha dado la Tierra para que se salven más gentes, para que más reflexionen y elijan salir de inmediato de esas zonas que la Tierra ya avisó?
El miedo, la ignorancia, la soberbia no deben llevarles a esa actitud para con la Tierra.
Y quien acaso pone su miedo para señalar al mensajero o a su canal, sólo está evidenciando el desconocimiento que tiene de cómo se dan las cosas. La función de los mensajeros es esa, dar el mensaje que el responsable, la fuente de la información, quiere que se comunique, en un acto de total respeto a la intención de quien lo ha decidido así.
El proceso está en marcha. Que los efectos se vayan a retrasar un corto tiempo no cambia la verdad del echo: ¡EL PROCESO ESTÁ EN MARCHA!
Y esa es la verdad
Al tiempo, al breve tiempo.
Maestro Ascendido ADAMA
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